La crisis del 90 y la Conversión de 1891
La crisis de 1890 fue un episodio que quedó grabado en la memoria de varias generaciones de uruguayos por sus rasgos de una dramaticidad inusual. Quiebra de Bancos, caída de la Bolsa de Valores, cierre de comercios, detención de la construcción, abrupto crecimiento del desempleo, reducción de sueldos públicos y privados, rebaja de jubilaciones, escasez de trabajo para peones y jornaleros, miseria en los sectores sociales bajos y estrechez en los medios, fueron algunas de las características del fenómeno económico-social que explican su perdurabilidad en el recuerdo -y en el miedo- de la sociedad montevideana. Nunguna de las crisis anteriores (1857, 1866, 1875) ni de las posteriores (1901, 1913, 1920...) marcó con tal hondura la memoria colectiva, ni mantuvo por tanto tiempo después el temor de la población a su posible repetición. La intención con esta publicación es allegar docuementos, poco o no conocidos, que proporcionen la necesaria ampliación de información sobre los sucesos históricos analizados. En la inacabable tarea historiográfica cada libro o recopilación documental es un paso más hacia la mejor compresión y conocimiento, o el juicio más ajustado, de los fenómenos históricos. La aspiración es que, tanto historiadores como estudiantes y lectores interesados en nuestro pasado, conozcamos algo más sobre lo ocurrido en esta etapa de la vida de nuestros antepasados, como lo vivieron hace más de un siglo, y en qué medida sus efectos han llegado hasta nosotros o repercutido en nuestro presente. Cada época tiene sus condicionantes y sería ingenuo creer que, conociendo mejor aquello, podremos evitar hoy su repetición. Pero también sería muestra de infatuación pensar que lo que entonces se vivió es hoy una experiencia desdeñable, sobre todo cuando nuestro presente está sembrado de crisis similares, que no hemos sabido evitar. La segunda parte de este libro se dedica a analizar una de las consecuencias de la Crisis del 90: la Conversión del 1891, que fue su salida, o su resolución, al contratar en el exterior el mayor empréstito en la historia financiera de la República. Esta afirmación se apoya en su monto (96 millones de pesos, cuando el Presupuesto General de Gastos solo llegaba a 13-14 millones); en el peso de su servicio en las finanzas públicas (alrededor del 30% del Presupuesto Nacional); en el monto total del repago. El Estado resolvió la crisis arrojando esa carga sobre las generaciones futuras, lo que tendría imitadores en el siglo XX. La trascendencia de este hecho merece el estudio particular que se le dedica. Más justificado todavía por la aparición de “nuevos” viejos documentos que es necesario dar a conocer.
Ediciones Universitarias-CSIC. Montevideo