Pigmentos bacterianos antárticos

Desde la antigüedad se utilizan pigmentos de origen mineral, vegetal y animal para dar color a alimentos, telas, utensillos, etc. Sin embargo, desde la aparición de los pigmentos sintéticos, su utilización se expandió, algunos alcanzando su producción a escala industrial. En la actualidad y desde hace ya varios años, existe la percepción de que los pigmentos naturales son más seguros que los sintéticos, sobre todo cuando el pigmento es usado en alimentos. Aunque algunos los pigmentos naturales que se consumen son de origen vegetal, todavía una gran proporción son producidos por síntesis química. Hay estimaciones respecto al volumen de comercialización de carotenoides que proyectan un mercado creciente y en el 2015 alcanzarían los U$S 1.2-1.3 billones. La creciente demanda de los carotenoides se debería al aumento de su utilización como colorante, pero también al aumentado de su demanda debido al rol biológico y fisiológico con aplicaciones en productos farmacéuticos y complementos alimenticios en animales y peces. Esta creciente demanda de pigmentos naturales, y la valoración del origen natural del producto, ha llevado a la búsqueda de otras alternativas, entre las que se encuentra la obtención de pigmentos de microorganismos. Esto involucra la búsqueda de nuevos y mejores microorganismos productores de pigmentos. La producción de pigmentos por fermentación tiene varias ventajas, así como dificultades. Dentro de las ventajas se encuentran: disponibilidad de materias primas, posible extracción sencilla, menor volumen de desechos, y no presenta variaciones estacionales. La “Colección de Hongos y Bacterias de Facultad de Ingeniería/ FI” es el resultado de varias campañas de muestreo en la Antártida. Un porcentaje de ellas son bacterias pigmentadas, y el presente proyecto lo que busca es identificarlas y evaluar la producción de sus pigmentos. Para ello se identificará a nivel de género las cepas por secuenciación del gen16S y se las agrupará por técnicas de “fingerprinting”. Se analizarán filogenéticamente y relevará la información disponible respecto al tipo de pigmentos esperables. Además, se estudiarán los espectros UV-visibles para tener una primera aproximación al tipo de pigmentos producido. Dado que entre las funciones de los pigmentos bacterianos se encuentran la protección frente a: radiaciones, compuestos oxidantes, condiciones ambientales extremas de frío y desecación, y actividad antimicrobiana; sus posibles aplicaciones no se limitan a simplemente dar color a alimentos. Se seleccionaran dos bacterias considerando el interés y concentración obtenida, y se estudiarán los mejores condiciones de producción a nivel de matraces, además de su caracterización por espectrometría de masa. Con este trabajo se espera avanzar en la caracterización de las bacterias de la colección y conocer el potencial biotecnológico de dos de sus cepas.